lunes, 27 de septiembre de 2010

¿Quien barema a los baremadores?

Es hora de aclaranos. Si es que podemos... Desde hace tiempo se vienen creando una serie de estructuras entorno a la cooperación para el desarrollo en Cantabria que sería conveniente someter a un somero análisis. Saber si estos entes aportan, o al contrario, consumen recursos destinados a la cooperación, en cuyo caso, y por eso mismo, debieran ser pulcramente empleados en la mejora de la calidad de dicha cooperación.
Cátedra COIBA, Máster Iberoamericano, Fondo Cantabria Coopera, Consejo de Cooperación, Árearea de cooperación de la Universidad de Cantabria, Aula de Cooperación Internacional de la Universidad de Cantabria, CMICAD... En resumen, un enjambre de organismos y entes que giran en torno a la cooperación para el desarrollo y que seguramente beneficiarán enormemente a los desposeídos del planeta. Pero convendria asegurarse...
Puestos a ello y tras una ardua investigación, conseguimos averiguar que estos entes se agrupan entre si, y mantienen lazos comunes de afinidad e intereses. Por ejemplo parece ser que Cátedra COIBA, Máster Iberoamericano y Fondo Cantabria Coopera, forman una "familia" y comparten una red invisible que los une.
Así, y según fuentes fiables, la Cátedra COIBA (no confundir con los afamados puros abanos, aunque con ellos pretenda compatir el glamour y la exclusividad) está financiada con importantes cantidades por la Dirección General de Asuntos Europeos y Cooperación (condinero público), igualmente el Máster, dependiente de la anterior y el Fondo se financian de la misma manera. Se evidencia por los contenidos impartidos en la formación que dirigen, que a todos ellos les une una línea ideológica común, su bandera e insignia, la defensa a ultranza de la cooperación directa, o lo que es lo mismo la ejecutada por la administración, al margen de las ONGD a las que al parecer detestan.
Los actuales componentes de la cátedra son en casi la práctica totalidad ex alumnas del máster, sobre las que su director, según nos comentan, ejerce una férrea influencia.
Para el Fondo de Cooperación, que mantiene una línea exclusivamente de cooperación directa con los fondos públicos que recibe, se ha nombrado a una ex colaboradora de la Cátedra que mantiene "profundas vinculaciones" con el director de la misma, y este Fondo ha emitido una convocatoria para ocupar dos plazas laborales para las que es requisito imprescindible haber realizado un máster iberoamericano (solo hay uno). Hay muchas más coincidencias que seguramente aburrirían al más pintado, y que no merece la pena sacar a colación, pues con lo ya relatado es evidente que se trata de una "familia" al más puro estilo endogámico e italianizante.
Por si no es conocido para el común de los mortales, el organismo que en estos momentos se encarga del estudio, baremación y propuesta de subvención de los proyectos presentados por las ONGD a las diversas convocatorias del Gobierno de Cantabria y a cada vez más ayuntamientos, es la Cátedra COIBA , la misma que odia profundamente al tejido asociativo representado en las ONGD, a las que ve como enemigas de la cooperación, o mejor dicho de su personal idea de cooperación al desarrollo.

Esta cátedra COIBA (cuyo mantenimiento nos cuesta una pasta a los cuidadanos), cuenta con un fastuoso plantel dedicado a la evaluación ex ante (ver perfiles de la propia cátedra en http://www.ciberoamericana.com/coiba/equipo) donde bajo el maquillaje de la hoja de vida, a poco que se rasque, se evidencia una absoluta falta de experiencia, o lo que es lo mismo, los proyectos de las ONGD son valorados por "técnicas" que en la vida se han enfrentado con un proyecto de forma práctica, y que como mucho, se han desempeñado como becarias o realizando prácticas de la propia cátedra. Pero ello no es obstáculo, según se comenta en las ONGD, para que estas personas se permiten potificar sobre temas que ignoran, y se erijan en sumos pontífices ante personas de las organizaciones no gubernamentales con una preparción importante y una práctica en ocasiones de más de 20 años.
En conclusión, y en opinión de la mayoría de las personas vinculadas históricamente a la solidaridad, estos grupos funcionan como auténticos clanes, con sus propios intereses corporativos, no siempre altruistas y, en demasiadas ocasiones, lesivos para la cooperación para el desarrollo, entendida ésta como herramienta para la erradicación de la pobreza. 
Lo más grave es que la pasta antes mencionada que se emplea en el mantenimiento de tales "lumbreras", se retrae de los fondos destinados a quien de verdad lo necesita, bajo el argumento de la eficacia, la eficiencia o el impacto. Toda una lección de anti-ética pseudo tecnocrática.
En fin, el mundo al revés.
Mientras tanto, el voluble director general de asuntos europeos y coooperación para el desarrollo  se entretiene con su club estrellitas, modelo por excelencia de despilfarro y sin sentido, en el ámbito de la educación para el desarrollo. 
Y nuestra habitual pregunta: ¿ Y las ONGD? Pues dormitando al calor de las subvenciones (las que pueden), mirándose el ombligo, sin "coscarse" de que "se la están metiendo doblada". Ya se ocupan los miembros del partido en el poder, que ejercen de activos militantes dentro de las asociaciones, de que no se oigan voces discordantes, no vaya a ser que se pierdan aún más votos del ya desangrado y desahuciado PSOE.
Y visto el panorama, a nosotros nos parece que viene al pelo aquel dicho de "a cada cerdo le llega su San Martín". A buen entendedor...
Salud