viernes, 31 de agosto de 2007

LOS CLAROSCUROS DE LA POLÍTICA DE COOPERACIÓN CÁNTABRA

Soñamos. Somos por naturaleza utópicos. Si fuera de otro modo, ¿cómo podríamos subsistir sin aislarnos, sin enloquecer, mientras observamos la magnitud el dolor global? O peor, mientras nos desespera la absoluta indolencia de tantos frente a la injusticia que se ceba sobre los más débiles, sobre la mayoría.

Al igual que hay quien desconfía de los idealistas, nosotros desconfiamos de los que han dejado de soñar, de los que han desterrado la utopía de sus vidas y de sus obras, de los que se acoplan al posibilismo del estatus quo en la creencia de que es el mejor camino para perpetuarse en el poder.

En este sentido, y a nuestro modo de ver, la circunstancia que define la política de Cooperación para el Desarrollo del Gobierno de Cantabria en los últimos años, es la falta de horizonte utópico, convirtiéndose en lo que podríamos definir como una política sosa, sin alma. Sus protagonistas, pareciera que han perdido la capacidad de transmitir cualquier tipo de ilusión, más allá de la que puedan suscitar las acciones populistas (tele maratones solidarios, expediciones humanitarias de coleguillas de chaleco de camuflaje y cinta Nike en la frente...) o la que pueden proporcionar las concesiones a unos u otros grupos más o menos allegados.

Cierto que se han hecho cosas; que se ha avanzado en la configuración de las bases de la futura Cooperación para el Desarrollo de Cantabria con la reciente aprobación de la Ley del ramo; que se han aumentado considerablemente las subvenciones a proyectos de desarrollo y se ha dado coherencia a las bases de las convocatorias, entre otras medidas que consideramos positivas dentro del sector. Todo ello, es cierto. Es justo reconocerlo y agradecerlo.
También es cierto que es su función y su deber hacerlo de este modo y que las ONGD han sido en gran medida tutores y garantes de este proceso.

Pero desde este blog se tiene la impresión compartida, y en determinados aspectos la convicción cierta, de que todo se hace como si fuera un trámite administrativo. Las decisiones se toman con los ojos, la atención y probablemente el resto de los sentidos, puestos en otros objetivos, los cuales identificaríamos claramente como políticos, entendiendo este término como la obtención de réditos partidistas. También pensamos que esta forma de actuar, en demasiadas ocasiones, lesiona los intereses de la cooperación cántabra y como consecuencia desvirtúa en gran medida dichos logros.
A esta forma de actuar, que de una u otra forma es percibida por la ciudadanía, es a lo le llamamos esencialmente mediocridad, falta de horizonte utópico o falta de alma.

Dicha forma de actuar conlleva la inexistencia de voluntad para mitigar, aunque solo sea por un momento, esa avidez de los políticos por transmutar en beneficios electorales cada acto, cada iniciativa, cada gesto.
Hablamos de tic megalómanos en el diseño de la política de cooperación ejecutada de forma directa por la Administración Cántabra, empeñada en darse protagonismo y autobombo a sí misma y que a nuestro juicio sobredimensiona las posibilidades de una tierra tan diminuta como la cántabra, distorsionando y erosionando la consecución de los objetivos de la cooperación pública.

Un ejemplo paradigmático de lo anteriormente comentado, lo constituye la reciente convocatoria por la Dirección General de Cooperación, con la solícita colaboración y auxilio de la Cátedra de Cooperación de la UC y la presencia de la Vicepresidenta del Gobierno Cántabro, de un numeroso grupo de embajadores centroamericanos, alojados con todo su séquito en hoteles de lujo, y por supuesto a cargo de la cooperación cántabra. Consultadas fuentes próximas al evento, no se sabe explicar exactamente qué se logró con tal despliegue diplomático. A no ser que se enmarque dentro de la campaña electoral, con el supuesto beneficio de la aparición machacona en los medios de comunicación de las caras de siempre. Otra posibilidad es que sencillamente se trate simplemente de un despropósito, fruto del afán megalómano antes citado. Pero esto es solo una suposición...

Otro ejemplo de ese ansia de dejar la impronta del político por encima de todo, es la puesta en marcha por parte de la Dirección General de Cooperación, de proyectos de cooperación directa que carecen de las mínimas exigencias de planificación, que no cuentan con la participación de personas con la debida formación ni experiencia, y la posterior insistencia de apoyo a esas acciones que, sobre todo en África, es un secreto a voces, han fracasado estrepitosamente.
Después, se trata de invisibilizar los malos resultados ¿Cómo explicar sino que no se hagan públicas las evaluaciones de los mismos, ni se pidan cuentas a sus responsables directos?

Un ejemplo más de habilidad en la tarea de arrimar el ascua a su sardina, es que a la hora de designar una persona que se encargue de la construcción de una institución universitaria de máximo nivel, como la Cátedra de Cooperación con Ibero América, no se consulte a los agentes de cooperación. En el sector se quejan de haberse encontrado de sopetón con una persona desconocida en este mundo, sin formación específica en la materia, ni experiencia en el sector, más allá de sus capacidades personales que, por la impresión que se pretende transmitir, suponemos inmensas.
Comprendemos que puede ser mucha la tentación cuando se trata de asegurarse “per secula seculorum” la “cercanía” de una institución que nada menos que se encarga de evaluar las acciones de cooperación del Gobierno y las convocatorias de subvenciones, entre otras actividades. Pero seguramente, y una vez más, este modo de proceder no es la mejor opción para el bien de la Cooperación para el Desarrollo de Cantabria.
Por cierto ¿Saben ustedes cuánto le cuesta en subvenciones esta institución universitaria al erario público del dinero destinado a la Cooperación para el Desarrollo con países empobrecidos? Pues según nuestras fuentes, y entre una cosa y otra, la broma supera ampliamente los 200.000 € y probablemente nos quedemos bastante cortos. Los datos según parece son muy difíciles de obtener.

Mientras tanto la Dirección General de Cooperación al Desarrollo, la misma que planifica las políticas públicas en esta materia, sigue sin contar con un solo técnico especializado en el tema que nos ocupa. No debe ser ésta una de sus prioridades.

Podríamos seguir cargándonos de razón escarneciendo las prácticas solidarias de nuestros líderes políticos del momento. Probablemente pudiéramos hacer un análisis de en qué se gastan el dinero y a qué empresas conceden los contratos (por si se diera el hipotético caso de que alguna de ellas pudiera tener conexión con amigos o correligionarios) pero sería demasiado prolijo. No tenemos tanto tiempo. Hay agentes sociales, representantes del sector, cuya misión, a nuestro juicio, debiera ser precisamente esa. Además y en definitiva, a estas alturas no espantarían demasiado a nadie los resultados.
Basten estos ejemplos expuestos anteriormente para que cada cual saque sus conclusiones. Y a buen entendedor...

Por nuestra parte, seguiremos soñando con que lo que exponemos en este blog pueda servir para mejorar las prácticas y la transparencia de todos los implicados en este mundo de la Cooperación para el Desarrollo. Y soñando con que dicho mundo se distinga del resto por ser exquisitamente ético y extraordinariamente utópico.
Y de vez en cuando, seguiremos diciendo lo que pensamos. A riesgo de equivocarnos...

viernes, 10 de agosto de 2007

USTED NO VA BIEN MRS MARTÍN

Usted no va bien Mrs Matín. Empezamos fatal Mrs Martín. Tenemos noticias de que entre sus primeras actuaciones figura otra nueva edición de la feria intercultural del Sardinero. La suponemos entusiasmada con la idea y que estará poniendo sus cinco sentidos y todo su corazón en la organización del evento. Pues sentimos ser una gotita de agua fría (no podemos optar a la categoría de jarro por nuestra insignificante repercusión mediática)
Mire Mrs. Martín,en el artículo anterior le dábamos la bienvenida y un margen de confianza de 100 días. Pero Mrs. Martín, usted va como una moto. Usted no va bien, ya se le esta viendo el plumero... Nos dijeron desde el Ayuntamiento de Santander que no había dinero y que había que reducir sustancialmente el presupuesto de proyectos sociales y de cooperación para el desarrollo. Y a los pocos meses nos viene usted con esto... y se nos ocurre preguntar ¿Cuánto cuesta la organización de dicha feria? Y lo más importante ¿Para qué cree usted que sirve? ¿Ha consultado usted con sus técnicos municipales? Nos cuesta creer que unos técnicos den el visto bueno a semejante despropósito.
Por si no se lo han planteado sus técnicos asesores, y dado que desde este blog somos terriblemente preguntones, lanzamos las siguientes interrogantes:
La empresa organizadora (la que se lleva la pasta) ¿Quizás es la misma que organizaba la feria de las naciones, evento y negocio privado en donde se cobraba por la entrada al mismo, o estamos equivocados? ¿Existe malestar entre las asociaciones de inmigrantes que desean vender sus productos porque el organizador y patrón detenta la exclusiva? En cualquier caso la pregunta de fondo es ¿Qué tiene que ver esa feria trasplantada del ámbito empresarial privado al público con los verdaderos temas que vertebran los fenómenos de la inmigración en Cantabria? ¿No se parece más este esperpento intercultural a una feria de consumo y entretenimiento dirigida a los turistas, en la línea de espectáculos como el mercado medieval o similares? ¿No se le ocurre otra forma de gastar los dineros destinados a los inmigrantes?
Nos da vergüenza ajena, Mrs. Martín, ¿Cuántos actos para dar a conocer o debatir las últimas propuestas, proyectos o experiencias de interculturalidad tiene previsto organizar entre los sugerentes aromas del chorizo criollo, los vapores etílicos del mojito, o las sensuales evoluciones de las bailarinas y bailarines de salsa? ¿Cuantas personalidades nos brindarán su saber y nos ilustrarán sobre los temas candentes de la inmigración? ¿Muchos, pocos, ninguno?
Nos tememos lo peor Mrs. Martín. Empezamos a pensar que la inconsistencia y la vacuidad, es marca de la casa. Y fíjese que decimos inconsistencia y vacuidad. Porque Mrs. Martín, no queremos creer que usted esto lo hace a propósito, y menos con fines espurios.
Se nos hace imposible pensar que detrás de esa educadísima sonrisa que de forma permanente usted regala con magnanimidad a sus visitantes o contertulios, característica inequívoca de las grandes damas de nuestra alta sociedad y que constituye su mayor patrimonio, se esconda algo turbio.
Por eso Mrs. Martín nos vamos a permitir aportar una pequeña sugerencia, para demostrar nuestro espíritu de colaboración y ayudarle a salvar la cara:
Dado que usted es la cancerbera de las subvenciones municipales del sector social, convoque a las asociaciones y pídalas que estén presentes en su sarao intercultural.
Verá como no se niegan... Verá como acuden de forma estoica y sumisa a contemplar horas y horas y si hace falta semanas y meses en los dos metros cuadrados que se les asignen, como el personal se divierte y pasa olímpicamente de ellos, mientras para sus adentros emiten improperios impronunciables por ser cómplices de semejante majadería.
Pero no se preocupe Mrs. Martín, no llegarán dichos improperios a sus delicadas orejas, perdón, perdón quería decir, a sus delicados oídos. Se los comerán con patatas los “pringaos” de siempre, mientras usted saluda, con gesto elegante y esa sonrisa tan suya, a los jefes de los pringaos.
Así el público en general, que entre nosotros de esto sabe muy poco, tendrá la imagen de que la cosa no es tan simple, vamos... que de inconsistencia y vacuidad nada. Y si de paso organiza algún telemaratón, alguna rifa benéfica, vende algún juguete solidario o recolecta los sobrantes de esta sociedad de consumo, mejor que mejor, que la gente ya no sabe donde guardar tanto cachivache. Además contribuirá de forma notable al bienestar psicológico del personal, que se sentirá mejor porque puede ayudar de una manera fácil, directa y segura a los pobres.
Y en definitiva, y casi casi lo más importante, como las ONG no esperan cobrar de inmediato, sino que pacientes esperarán a la convocatoria de subvenciones, nos ahorramos un dinerito que bien puede entregarse al organizador, que seguro tiene unos márgenes empresariales estrechísimos.
¿A que somos buenos pensado Mrs. Martín? ¿A que es la solución ideal dadas las circunstancias?
Y así todos, o mejor dicho, casi todos contentos... y que siga la fiesta...